Que la disminución de la contratación de los planes de pensiones individuales va a ser más que notable a fin de ejercicio es algo fuera de toda duda. Sin embargo, las alternativas no están tan claras, empezando por los propios planes de pensiones de empleo.
Hay que tener en cuenta, no obstante, que algunas noticias hacen pensar que, efectivamente, los avances en los planes de pensiones de empleo pueden ser significativos en los próximos dos o tres años.
Estamos viendo movimientos interesantes como la incursión de importantes gestores de inversiones, como para mes en el segmento de los planes de pensiones de empleo, y, por otro lado, vemos movimientos comercializadores también desde buena parte de las entidades financieras españolas.
¿Significa esto que la pérdida de captación en los planes de pensiones individuales se vaya a reconducir a los planes de pensiones de empleo? No está nada claro.
Los PPE, esos grandes desconocidos
Aunque muy comunes en países vecinos, los planes de pensiones de empleo no son uno de los productos financieros favoritos de los españoles.
Inicialmente se incorporan al mercado financiero tras su aprobación el año 1987, y a pesar de haber sido utilizados por algunas grandes empresas, en general se trata de un producto que ha tenido muy poca incidencia en el mercado de la previsión y el ahorro.
Según diversas fuentes, en España en el año 2020, no se acreditaban más de 2 millones de planes de pensiones de empleo, esto es menos de tres veces y media la cantidad de suscriptores de planes de pensiones individuales.
Algo que también ocurre con la cantidad de patrimonio gestionado, que en 2020 rozaba los 35.000 millones de euros. Muy lejos de los datos de los planes de pensiones individuales.
Esto no es casualidad. Se trata de un producto que no se ha incorporado hasta ahora a los catálogos de productos financieros de ahorro de manera explícita orientados a mercados como el de las pequeñas y medianas empresas. Un tejido que han recurrido en mayor medida en todo caso al plan de pensiones individual.
Lo que se espera de los PPE
Y es, precisamente sobre las empresas de tamaño medio y las pymes sobre las que descansa en buena medida el futuro de los planes de pensiones de empleo.
La política de penalizar a los planes de pensiones individuales reduciendo las cantidades gravable, ha venido acompañada de una política de beneficios para los planes de pensiones de empresa.
Obviamente, los beneficios inmediatos son las ventajas fiscales que van a proporcionar. Pero, en el fondo de la nueva configuración encontramos otras herramientas menos visibles, pero igual de importantes.
Y una de ellas, no menor, es que se convierte en una herramienta interesante de fidelización e incentivación de los trabajadores. Una combinación de beneficios sociales y planes de pensiones de empleo, generan una imagen mucho más potente y con la que es más fácil conectar de empresa.
Todo esto, no obstante, queda pendiente de la aceptación que gradualmente se le vaya otorgando a esta figura de ahorro. En la actualidad, aún no podemos hablar de un proceso de sustitución, ni siquiera de acercamiento.