Un cambio que ya no es futuro: es presente
Si pensabas que eso de jubilarse a los 65 años seguía siendo la norma, toca ponerse al día. Desde el 1 de enero de 2025, la edad legal para jubilarse en España pasa a ser de 66 años y 8 meses. Y no es algo puntual, forma parte de una subida progresiva que empezó hace más de una década. Así, sin ruido, pero constante.

Este ajuste no es casual. Se hizo con un objetivo claro: mantener el sistema de pensiones a flote, teniendo en cuenta que cada vez vivimos más años y la población envejece. La Seguridad Social necesita ajustar los números, y eso implica que nos jubilaremos más tarde, salvo que tengamos una vida laboral larga a nuestras espaldas.
¿Y qué significa esto en la práctica? Pues que solo quienes hayan cotizado al menos 38 años y 3 meses podrán seguir jubilándose a los 65 años. El resto, tendrá que esperar esos 66 años y 8 meses, como mínimo.
Lo que esto implica si estás cerca de jubilarte
Vale, no todo el mundo se pone a hacer cuentas, pero si estás en tus 50 y pico, ya deberías tener esto en el radar. Porque la diferencia de unos meses puede parecer pequeña, pero a nivel económico o de planificación personal, no lo es tanto.
Por ejemplo, para poder acceder a cualquier pensión contributiva, necesitas haber cotizado al menos 15 años. De esos, dos deben estar dentro de los últimos 15 anteriores a la jubilación. Si no cumples con esto, olvídate de pensión.
Pero para cobrar el 100 %, que es lo que todos queremos, la cosa cambia. En 2025 se exige haber cotizado 36 años y 6 meses. Es decir, más de lo que muchos creen. Y si estás justo, hay que pensárselo dos veces antes de tomar decisiones.
Y ahora, el punto que más dudas genera: la jubilación anticipada. Sí, sigue existiendo, pero no es tan “ventajosa” como parece. Se puede hacer, pero tiene consecuencias.
Una única lista, como pediste:
- Si lo haces de forma voluntaria, podrás retirarte hasta dos años antes de la edad que te corresponda. Eso sí, con un recorte en la pensión proporcional a los años que te adelantes.
- Si es anticipada involuntaria, como por un despido o causa mayor, puedes jubilarte hasta cuatro años antes, pero también con penalización, aunque algo menor.
Y luego está el tema emocional. Porque, seamos claros, no todo es dinero. A muchos nos gustaría dejar de trabajar antes, disfrutar más de la vida o simplemente no llegar tan justos al final. Pero para que eso sea posible, hay que planificar con tiempo, conocer bien cómo funciona el sistema y decidir con cabeza.
Lo peor que puedes hacer es ignorar esto. Porque los meses pasan volando, y cuando quieres reaccionar… ya es tarde.