La paga de los jubilados subió un 0,25% en los últimos cuatro años, el mínimo legal.
Cada estadística, cada informe y cada previsión que aparece en los últimos meses sobre el sistema público de pensiones provoca que tanto los jubilados como los que aspiran a serlo en algún momento se echen a temblar. Ya sea por los efectos de la crisis, por la escasez del remanente acumulado en el Fondo de Reserva de la Seguridad Social o su baja rentabilidad, o la necesidad, que se plantea ya casi como acuciante desde muchos ámbitos, de contar con un plan de pensiones, la cuestión es que esas novedades tienen incidencia sobre el dinero y el ahorro que requerirán trabajadores y pensionistas.
El futuro de las pensiones, en entredicho
De esta manera, el momento de la jubilación, que, en teoría, debe de ir acompañado de seguridad y estabilidad no se presenta tan claro como años atrás, siendo las pensiones una de las preocupaciones crecientes para la sociedad, junto al paro u otros temas relacionados con la economía. Así, en primer lugar, el aumento de las pensiones públicas para el año 2017 aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy es del 0,25%, es decir, la misma subida que se ha aplicado en los últimos cuatro ejercicios y el mínimo legal fijado desde las reformas instauradas en 2011 y 2013 (el máximo previsto se coloca medio punto porcentual más allá del IPC).
La amenaza de una inflación al alza
Este incremento conlleva un perjuicio para los pensionistas, dado que el índice de precios al consumo (IPC) cerró el año 2016 en el 1,6%. Como consecuencia del insuficiente crecimiento marcado por el Ejecutivo, los jubilados pierden poder adquisitivo por primera vez desde 2012. El daño puede ser aún mayor, puesto que la inflación se ha disparado en enero hasta el 3% en tasa interanual.
De seguir los dos indicadores -IPC y subida de las pensiones públicas- sus respectivas tendencias divergentes, las personas en situación de retiro o las que se jubilarán en los próximos años verán su bolsillo afectado a corto o a medio plazo.
Casi cinco décadas sin subida real en las pensiones
Por si fuera poco, las perspectivas futuras más remotas tampoco parecen halagüeñas. Al menos así se asegura desde la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), ya que, según un estudio elaborado por expertos de esta organización, las pensiones podrían quedar congeladas hasta el ejercicio de 2065.Esa congelación podría darse si se sostuvieran las condiciones actuales, entre ellas el auge del 0,25% anual en las pensiones, es decir, de mantenerse el escenario base y sin tomar ningún tipo de medidas.
Pérdida de hasta el 30% de poder adquisitivo
Los expertos de Fedea afirman que, en función de la tendencia vigente, de no modificar el sistema público de pensiones, un jubilado podría llegar a perder hasta un 30% de su poder adquisitivo durante los 20 o 25 años posteriores al retiro.
Las pensiones no deben vincularse al IPC, según Fedea
«Los cálculos recogidos en el informe sugieren que hay margen para medidas que mitiguen los efectos más adversos, pero no para volver sin más a la indexación general de las pensiones al IPC. Tales medidas paliativas deberían, en su caso, formar parte de un acuerdo más amplio sobre las bases de una reforma en profundidad de nuestro sistema de pensiones que garantice su sostenibilidad, equidad y transparencia», explican los especialistas mencionados.Fedea pone sobre la mesa la posibilidad de “blindar la pensión mínima», ligándola a la tasa de inflación, o considerar que la edad de jubilación vaya más allá de los 67 años, aunque en todo caso de forma progresiva.
Las pensiones más devaluadas de la UE
Similar evolución a la expresada por los expertos de Fedea auguran en la Federación Europea de Aseguradoras, Insurance Europe, al apuntar que las pensiones españolas sufrirán en el próximo medio siglo la devaluación más dura del conjunto de países que conforman la UE. De esta forma, mientras los jubilados perciben en la actualidad el 80% de lo que cobraban durante sus últimos años como trabajadores, en el futuro ni siquiera llegarán al 50% sobre esa misma base.
La hucha de las pensiones, en su peor cota
Tras esta avalancha de datos negativos, si a algún jubilado o persona próxima al retiro se le pasa por la cabeza que la ‘hucha de las pensiones‘ puede ayudar ante la incertidumbre generada, más vale que deseche esa idea, ya que aquélla se encuentra bajo mínimos.
Cómo quedan las pensiones mínimas y máximas
Con el citado aumento del 0,25% aplicable en 2017, la pensión mínima de jubilación de un ciudadano que cuente hoy con 65 años de edad o más y tenga a su cónyuge a cargo percibe 786,86 euros mensuales en catorce pagas, frente a los 784,9 euros de 2016. De no darse la condición de que el marido o la mujer esté a cargo del pensionista en cuestión, éste recibe nunca menos de 637,7 euros, en relación a los 636,1 euros registrados en el ejercicio anterior; mientras que aquellos que sí tienen cónyuge, pero no bajo su responsabilidad financiera, pasarán de 603,5 a 605 euros mensuales.En el caso de las personas menores de 65 años con cónyuge a cargo, la pensión mínima de retiro asciende desde 735,7 hasta 737,5 euros al mes. La paga para los pensionistas en ese mismo rango de edad sin cónyuge alcanza los 596,5 euros mensuales, respecto a los 595 euros del año precedente.
Finalmente, la cuantía de la pensión máxima de jubilación pasará desde 2.567 euros mensuales a 2.573,4 euros.