Tres tipos de ahorradores que nunca deberían contratar un plan

Que los planes de pensiones sean uno de los productos de ahorro más contratados no quiere decir que sean el mejor vehículo de inversión para la jubilación. Estos son tres tipos de ahorradores que nunca deberían contratar un plan.

Los planes de pensiones son el producto de ahorro para la jubilación por excelencia gracias al enorme esfuerzo comercial que todos los años realizan los bancos y a sus ventajas fiscales. Sin embargo, no todos los ahorradores pueden sacar todo el jugo a este producto y hay quienes pueden encontrar otras alternativas de inversión mejores.

Estos son tres tipos de ahorradores que nunca deberían contratar un plan o por lo menos deberían pensárselo dos veces antes de hacerlo. Si te sientes identificado con alguno de estos, haz cuentas antes de dar el sí quiero al banco.

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Si eres mileurista

La principal baza de los planes de pensiones es su fiscalidad, ya que permite pagar menos impuestos en la declaración de la renta por el dinero invertido. Si eres mileuristas este ahorro fiscal se quedará prácticamente en nada y apenas sí lo notarás en tu declaración de IRPF.

Para que lo entiendas mejor, lo que haces en tu declaración es restar la inversión en planes al dinero que has ganado y por eso el resultado de la renta es menor. Teniendo en cuenta que como mileurista tu capacidad de ahorro es limitada y que además seguramente Hacienda ya te devuelva, los planes pierden su atractivo.

Las opciones en este punto pueden pasar por fondos de inversión o productos más conservadores como depósitos, aunque su rendimiento actual hace que no sean tan aconsejables.

Si no sabes si necesitarás el dinero

Las aportaciones que realices al plan de pensiones estarán bloqueadas como poco durante un plazo de 10 años gracias a la reforma fiscal. Se trata de un periodo de tiempo suficientemente amplio como para tenerlo en cuenta. Si por la distribución de tu patrimonio no puedes prescindir del dinero que inviertes para tu jubilación, no deberías contratar un plan o por lo menos no deberías invertir en él la mayor parte de tus ahorros.

En este sentido, lo ideal es que nunca toques el ahorro a largo plazo hasta que llegue el momento de la jubilación y que por lo menos puedas destinar un 50% del ahorro a esta partida. Sin embargo, si vas a estar más seguro pudiendo acceder a tu capital, los fondos de inversión son una buena alternativa a los planes de pensiones.

Si no entiendes como funciona el plan

En cuestiones financieras hay una máxima más que clara. Si no lo entiendes, no lo contrates. Y si no entiendes cómo funcionan la mayoría de productos quizás deberías pensar en ponerte en manos de un asesor financiero y asumir el coste o formarte para poder enfrentarte a los mercados.

 

Para ponértelo más fácil, el plan de pensiones invierte tu dinero a través de un fondo de pensiones para intentar revalorizar tu dinero dentro de unos parámetros de riesgo que están definidos de antemano. Por eso mismo el dinero de un plan no está asegurado y se puede llegar a perder por completo. Si has invertido en un plan de renta variable y ka bolsa cae, perderás dinero y lo mismo en renta fija si se hunden los bonos, aunque aquí por lo menos el fondo se asegura el cobro del cupón. Para evitar riesgos es necesario mover el plan en función de lo que ocurre en los mercados, pasar de renta variable europea a americana, de ahí a renta fija mixta… Y también ir cambiando el plan según te vas haciendo mayor para asumir cada vez menos riesgo.

Puede parecer complicado y precisamente por eso, es importante adquirir un mínimo de cultura financiera o pagar a alguien para que te aporte estos conocimientos.

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Imagen – Singkham en Shutterstock

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